azúcar amargo
Por Alejandra Prieto
Se le conoce como diabetes, pero su nombre correcto es diabetes mellitus y quienes la padecen saben que el equilibrio de los elementos que son esenciales para su control, contribuyen a lograr una adecuada calidad de vida y a evitar complicaciones que este padecimiento pudiera traer consigo en un futuro.
Son tres tipos de diabetes que mayormente se reconocen: la tipo 1, la tipo 2 y la gestacional. Cada una de estas tiene diferentes causas, síntomas, tratamientos y complicaciones. En cualquiera de las tres los hábitos saludables influyen de manera importante.
La insulina es una hormona que produce el páncreas cuya tarea es controlar el nivel de azúcar en la sangre. Su función es transportar la glucosa contenida en los alimentos hasta el torrente sanguíneo para llevarla a los músculos y distintos tejidos en donde se almacenará en forma de energía.
Una persona con diabetes se caracteriza por que su organismo no es capaz de absorber la glucosa adecuadamente, es decir, que el páncreas no produce suficiente insulina o si lo hace es de manera muy escasa; la glucosa que queda circulando en la sangre daña a distintos órganos con el paso del tiempo.
La diabetes tipo 1, también conocida como “juvenil”, es mucho más frecuente en niños y jóvenes, y puede tener una carga hereditaria, aunque aún se desconocen sus causas. La obesidad y el sobrepeso son las principales características de la tipo 2, y es más común en mujeres de 30 años en adelante, que en varones. Por su parte, la diabetes gestacional es exclusiva del embarazo, aunque la buena noticia radica en que la enfermedad puede desaparecer después del parto, si se toman las medidas necesarias.
Algunos de los síntomas de las personas con diabetes tipo 1 son una constante necesidad de orinar, fatiga, sed inusual, pérdida de peso y humor irritable. La diabetes tipo 2, se presenta a través de infecciones recurrentes, dificultad para cicatrizar, visión borrosa, problemas en encías y piel.
Combinar de manera adecuada todos los medicamentos, en este caso la insulina, los alimentos y la cantidad y tipo de actividad física que se realiza, es lo que permite a las personas con diabetes controlar sus niveles de azúcar en la sangre.
Ya sea que usted salga de la ciudad por cuestiones de negocios, por gusto o placer, si es una persona diabética será necesario que mientras viaje cuente con un registro escrito que le permita monitorear sus niveles de glucosa a lo largo del día, ya que cuando la rutina habitual se rompe puede presentarse algún síntoma de la afección de manera inesperada.
De la misma forma, para evitar algún tipo de descontrol cuando se está fuera de casa, también es recomendable anticiparse a ciertas situaciones como es el cambio en el plan de alimentación. Por ejemplo, investigar de manera previa el tipo de comida y platillos típicos del lugar a visitar ayuda a encontrar alternativas para mantener una dieta similar a la acostumbrada o buscar la manera de adecuar la oferta que cada destino nos brinda a nuestras necesidades.
Asimismo, es bien sabido que iniciar el día con un desayuno balanceado que incluya proteína, vegetales, granos integrales y fruta, contribuye a reponer la energía que se pierde cuando dormimos, pero sobre todo a nivelar el azúcar en la sangre.
En cuanto a la ingesta de líquidos, si se viaja en avión se puede sufrir deshidratación, por lo que es aconsejable tomar un poco más de agua que lo habitual. Pero independientemente del tipo de transporte que uno tome, los diabéticos deben incrementar el consumo de bebidas como parte de su dieta diaria. Tés, agua simple o de sabor y refrescos sin azúcar son opciones que se encuentran disponibles en la mayoría de los establecimientos comerciales.
Buscar la manera de incluir en el itinerario de viaje la práctica de alguna rutina de ejercicio, permitirá que el cuerpo continúe funcionando como normalmente lo hace y que no se desajuste, ya que es bien sabido que el sedentarismo es una de las causas principales que influye en la aparición de la diabetes.
Asimismo, se recomienda portar un directorio de profesionales de la salud a los cuales se pueda acudir o consultar en caso de presentarse algún malestar, evitando la autoeducación e informando a alguien más acerca de nuestro estado de salud.
Cada día existe una mayor conciencia acerca de la importancia de incluir y procurar hábitos saludables en la vida diaria, tan es así que organismos internacionales como la Organización Mundial para la Salud (OMS), realiza acciones muy puntuales para prevenir que el número de casos de diabetes continúe incrementándose, especialmente en los países occidentales donde el estilo de vida de las grandes urbes exige a sus habitantes la necesidad de adaptarse al ritmo de un mundo veloz.
