Filadelfia

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Hablemos de historia

Por Alejandra Prieto

Ya sea comenzar a recorrerla a partir del Museo de Arte, a lo largo de la amplia avenida Benjamin Franklin, decorada con banderas de todos los países pasando por importantes recintos culturales como el museo Rodin, la Fundación Barnes y la Academia de Ciencias Naturales, para cruzar el distrito financiero en el que se ubican grandes edificios modernos y continuar a pie hasta el sureste para encontrarse con la ciudad antigua, Filadelfia nos invita a deleitarnos de un área que combina pasado, presente y futuro en un mismo lugar.

Situada al noreste de los Estados Unidos de América, entre Nueva York y Washington D.C., Filadelfia buscó posicionarse en el siglo XVII como un refugio de tolerancia religiosa que garantizaba la libertad de culto, de ahí que William Penn, fundador de la ciudad, la bautizara en el año de 1682 con un nombre de origen griego cuyo significado es “amor fraternal”. Cuando uno visita la ciudad, fácilmente puede localizar la estatua de este personaje por estar ubicada en la cúpula del Ayuntamiento, uno de los edificios con mayor valor arquitectónico de la localidad.

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© Philadelphia Convention & Visitors Bureau

   Apodada coloquialmente como Philly, hoy en día se considera como una distinguida metrópoli de calles amplias y hermosos parques que tiene el orgullo de albergar uno de los episodios más importantes de la historia al haber sido testigo del inicio de la guerra de independencia de los EE.UU., en el año de 1776, y capital del país, hasta que cedió su título a la ciudad de Washington D.C.

Lo atractivo de visitar Filadelfia, reside en la riqueza cultural y artística que uno puede encontrar gracias a los importantes acontecimientos de los que ha sido sede y que con el paso del tiempo se suman entre sí, para dar como resultado vivencias muy representativas del origen de una nación que se plasman en los distintos barrios, museos, galerías de arte y centros recreativos que la conforman.

Ubicada junto al río Delaware, ha sido territorio de importantes movimientos migratorios, ya que por haber sido considerada como un centro de prosperidad y tolerancia durante varios siglos, miles de personas provenientes de otros países la eligieron como su lugar de residencia definitiva. En la parte sur de la ciudad se pueden encontrar los barrios afroamericanos, en donde habita un porcentaje importante de esta población y que son una referencia histórica, por haber sido Filadelfia refugio de miles de personas que vinieron huyendo de las terribles condiciones que la esclavitud significaba en los estados del sur del país.

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© Philadelphia Convention & Visitors Bureau

Esta mezcla étnica se refleja en una riqueza arquitectónica que combina edificaciones clásicas que van desde la época colonial con las típicas estructuras de ladrillo, casas estilo victoriano, pasando por un diseño gregoriano que uno puede apreciar en el Independence Hall y la Iglesia de Cristo, hasta un toque segundo imperio o neoclásico típico del Ayuntamiento, lo que brinda cierto aire aristocrático a una urbe que ha sido capaz de acoger una serie de causas nobles por las que han luchado grupos minoritarios a lo largo de la historia de esta nación.

Si uno quisiera conocer más acerca del origen de los EE.UU. o revivir fragmentos clave de su fundación, Filadelfia es hogar de gran cantidad de sitios históricos nacionales.

El Parque Histórico de la Independencia Nacional reúne importantes monumentos como la Campana de la Libertad y el Salón de la Independencia. A sus alrededores se localizan el primero y segundo banco de la nación y otros importantes espacios, que se suman a la lista de los favoritos.

Filadelfia también fue tierra de reconocidas personalidades como Betsy Ross, diseñadora de la bandera nacional; así como del poeta y escritor, Edgar Allan Poe. Las casas de estos dos últimos aún se conservan con sus artefactos originales y las guías turísticas las colocan entre las atracciones más populares por haber albergado a figuras que aún inspiran al mundo.

Filadelfia3Tomarse un día entero para recorrer la calle Market, es sin duda una gran idea, ya que es justamente a lo largo de este trayecto en donde uno se encuentra con un pasado que al combinarse con el presente resultan en una ciudad que lo tiene todo. Se puede comenzar por explorar la parte histórica a partir de la calle 30 en la que se localiza la estación central, que por cierto goza de un diseño renacentista y que es punto de encuentro del metro y de algunas de las líneas más importantes de ferrocarriles y autobuses del país, hasta llegar al río Delaware; o transitarla desde su origen en la parte oeste de la ciudad, área residencial en cuyas esquinas se hallan atractivas boutiques y lindos cafés, para terminar sumergidos entre altos edificios y rascacielos en cuyos vestíbulos residen grandes centros comerciales.

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© Philadelphia Convention & Visitors Bureau

Y si de comer se trata, la mezcla de culturas que envuelve a Filadelfia puede degustarse en sus diversos platillos que van desde comida típica de la región, entre la que destacan el famoso “Cheese Steak Sandwich” y el delicioso pan dulce mejor conocido como “donut”, originario de la zona, pasando por refinados menús de origen europeo que distinguidos establecimientos ofrecen a sus comensales, hasta reconocidas cadenas de restaurantes posicionadas en gran parte del país.

Se puede decir que, Filadelfia es la joya de la corona de los Estados Unidos de América cuyos orígenes e historia la hacen brillar y destacar colocándola como uno de los destinos turísticos más atractivos de la región.

¿Cómo llegar?

Aunque Filadelfia también cuenta con su propio aeropuerto al que se puede arribar conectando, por ejemplo, a través de algún vuelo interno, si se viaja desde el extranjero se recomienda volar a las ciudades de Nueva York o Washington D.C., para llegar vía terrestre por ferrocarril o autobús a través de las líneas AMTRAK y/o SEPTA, o por la carretera interestatal 95, ya sea viniendo del sur o del norte del país.

¿Cómo transportarte?

La ciudad cuenta con un eficiente sistema de transporte público gracias al metro. Por ser una localidad pequeña y segura, se recomienda recorrerla a pie aunque si uno se cansa puede tomar un taxi en cualquier esquina.

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