“Arte-terapia”
Por Jerónimo Plá Osorio
Cada derrame de pintura va borrando las capas anteriores. Nuevas formas se agrupan sobre los viejo colores. Líneas. Manchas. Figuras irregulares. Trazos que cortan y dan cohesión a lo que podría parecer una aglomeración arbitraria de colores y líneas. Las viejas capas tejen una especie de esqueleto que sirven de base para encontrar nuevas figuras. Éramos tres personas turnándonos para intervenir en el lienzo. Ninguno se atrevió a decir que sabía pintar. Al principio hicimos tímidas figuras que trataban de representar algo, tratábamos de darle un sello personal a nuestra pequeña esquina de lienzo. Cuando las capas fueron amontonándose las unas sobre las otras empezamos a pintar de manera más libre. Pintamos sobre lo que pintaban otros y nos divertía que nuestra parte de la obra fuera intervenida. Nos dejó de importar si pintaban sobre lo nuestro, nos importaba entender qué era lo que iba a salir del conjunto de nuestras pinceladas. “Pintar bien”, “pintar brillantemente”, o “pintar originalmente”, fueron cosas que dejaron de importar. Rellenamos espacios y los intervinimos. Le dimos forma al conjunto. Nos manchamos las manos y nos encontramos en el proceso. El cuadro final nos sorprendió, ocultaba una historia que habíamos construido ahí mismo. Todo esto mientras unos personajes, unos guías, nos platicaban sobre lo que ellos llaman “arte-terapia”.
Los Transferencistas está conformado por cinco pintores cubanos y una mexicana: Dariel Sánchez León, Adrián Lorenzo Mejías, Lazaro Lacho Martinez, Reinier Usatorres, Reinier Dominguez e Ivette Cedillo. “Lo que nos importa es que las fuerzas creativas se liberen, que a partir del contacto libre con los materiales y la pérdida del ego el arte pueda ser terapéutico” nos cuenta Reiner Usatorres, mientras me ofrece un cigarrillo cubano. Lázaro Lacho Martínez es el creador de la Terapia Artística Transferencial, que parte del contacto libre de las transferencias colectivas -así como de las que el artista tiene con su obra- , desde el cual puede generarse una obra no figurativa que revele el proceso de aquellos que pintan. Han desarrollado una metodología muy dinámica para lograr esto. La concibieron en proyectos en los que trabajaron en Estados Unidos y Canadá. En México han trabajado con el IMSS, en escuelas y centros para niños discapacitados. “Hemos tenido experiencias de todo tipo”, nos cuenta Usatorres, “una de mis favoritas es cuando trabajamos en una escuela pública y había un niño que nunca quería integrarse. Todos nos decían que no se llevaba con nadie y no interactuaba, que era autista. Después de la tercera sesión decidió incorporarse y para la quinta ya estaba pintando. Hoy mantiene a su mamá con el dinero que hace de vender sus cuadros”.
Ésta es un gran opción para activar vínculos creativos dentro de diversos espacios laborales y/o educativos. No es sólo una forma de terapia individual, sino que funciona para potenciar dinámicas de grupo y resolver conflictos en colectividades. Sirve para poner en juego aquellas cosas que son difíciles de decir con palabras pero que necesitan salir. El “arte-terapia” de Los Transferencistas funciona para encontrarnos de maneras desconocidas y divertirnos mientras tanto.
El MANIFIESTO TRANSFERENCIAL y más información disponibles en la págína de Facebook de Los Transferencistas.