Por Esther Vázquez
Lyon, la capital de la seda y la gastronomía, es famosa por su centro histórico, reconocido como patrimonio mundial de la UNESCO. El Viejo Lyon está repleto de tesoros: calles pintorescas, mansiones renacentistas, su majestuosa catedral, pasajes conocidos como “traboules”, muelles animados, grandes e innumerables plazas y patios interiores. Cada rincón de esta ciudad enamora a cualquiera que la visite.
En esta ciudad bañada entre aguas de dos ríos y que descansa a los pies de dos colinas, podrás viajar en el tiempo a través de las calles de Saint-Jean, Croix-Rousse o la Judería. Además, la ciudad cuenta con teatros romanos, una muestra importante del patrimonio antiguo. No olvides subir hasta la explanada de la basílica de Fourvière, desde donde disfrutarás de una maravillosa panorámica de la ciudad.
Lyon es famosa sobre todo por su cocina, ostenta el título de capital mundial de la gastronomía desde 1935. La ciudad cuenta con 17 restaurantes con estrellas Michelin y muchos restaurantes tradicionales llamados “Bouchons Lyonnais”. Sabores únicos y una tradición culinaria antigua caracterizan su cocina.
Para conocer mejor la gastronomía de la ciudad, no puedes dejar de visitar el mercado Les Halles de Lyon – Paul Bocuse. Todo tipo de tiendas con productos de primera calidad que honran la excelencia gastronómica de la región.
Aprovecha la visita a la ciudad para descubrir la Ruta de los Vinos del Beaujolais, una “Toscanita” al norte de Lyon. Piérdete entre sus valles de viñedos, mientras descubres sus impresionantes Châteaus milenarios y saboreas el sabor único de sus vinos.
El mes de diciembre es muy especial en la ciudad por la celebración de la Fiesta de las Luces. Cuando cae la noche, puentes, monumentos y edificios de la ciudad se engalanan con miles de luces. ¡Un momento mágico e inolvidable!
