Page 63 - Viajero-Ejecutivo-25
P. 63
Como los tesoros que durante miles de años estuvieron encerrados en las tumbas de los faraones y conservaron su fulgor, así las
ciudades del Alto Egipto siguen despertando asombro, perplejidad y fascinación. Hay muchos si os que visitar, pero ninguno de ellos puede observarse sin la reminiscencia del pródigo río que literalmente ha dado vida a la civilización egipcia desde la an güedad.
Su nombre actual se debe a los griegos, quienes lo llamaron Neilos, un dios del río de Egipto que –de acuerdo con la Teogonía de Hesíodo– era hijo de Océano (Okeanos) y Te s. Para los an guos egipcios, el Nilo fue más que un dios dador de vida, pues gracias a la irrigación, sus erras fueron fér les; facilitó su comunicación y comercio con otros pueblos, y toda su mitología estaba ín mamente unida a él.
Es imposible olvidar el primer encuentro con el Nilo, especialmente en la región del sur del país o Alto Egipto. Su caudal es una potencia apacible y profunda que parece encerrar numerosos secretos. Se mira esmeralda cuando estás cerca, y a la distancia es una estela desde donde surgen las riberas verdes y la única vegetación a tu alrededor. Es como si el desierto estuviera par do en dos por una fuerza de otro mundo. Por esto es que no hay nada mejor que el Nilo para embarcarte a descubrir algunos de los monumentos más an guos del mundo entero.
Durante milenios, los colores del Nilo han irrigado deslumbrantes civilizaciones
Luxor: hogar del Imperio Nuevo
Este periodo de la historia del an guo Egipto se desarrolló entre el siglo XVI y el XI a.C., y comprende las dinas as XVIII, XIX y XX. Algunos de los faraones más famosos vivieron durante este prolí co periodo, como Hatshepsut, Akenatón (consorte de la legendaria Nefer ), Tutankamón y Ramsés II. Fue el periodo más próspero y la cumbre de la expansión de la cultura egipcia. La capital del imperio entonces era Tebas (por su nombre griego) y se encontraba en la actual Luxor. Su localización en el sur del país, cercana a Nubia, le permi a ser la base de expediciones al empo que se alimentaba de las erras fér les a la orilla del Nilo.
Cortesía de Emco Travel
Cortesía de Emco Travel
La an gua ciudad incluía tanto la ribera oriental como la occidental. Del lado este se encuentran los templos de Karnak y Luxor, y del lado oeste está el Valle de los Reyes y otras necrópolis. Fue durante la dinas a XVIII que Tebas alcanzó su más alto esplendor. Sus templos fueron entonces los más excelsos e importantes; las tumbas en la ribera occidental, las más so s cadas. Una larga avenida adornada con es nges unía los templos de Karnak y Luxor. Aquí se llevaban a cabo diversas procesiones y fes vidades que fueron tes monio de la gloria disfrutada por esta an gua capital. Hoy en día, el camino entre los dos templos principales está completamente cubierto por la ciudad actual.
El templo de Luxor se erige en un mon culo que no ha sido excavado aún y en donde seguramente se encuentra su estructura base original. Como el templo de Karnak, estaba dedicado a Amón, el dios más importante dentro del grupo de la tríada de Tebas. Las dos principales fes vidades anuales en la ciudad se hacían en honor a este dios, también llamado “el oculto” por su asociación con el aire y con otros conceptos abstractos a nes a este símbolo, como su ubicuidad.
En la ribera occidental están los templos mortuarios conocidos como Deir el-Bahari, dentro del cual se halla el de Hatshepsut (la única mujer que fungió como faraón); el templo en honor a Amón
Viajero Ejecu vo 61