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Ante pequeños senderos inclinados de terracería me encontré con una brillante y extensa luz dorada que me llevó a una playa mágica en Todos Santos
Después de una larga caminata me topé con la construcción más an gua de Todos Santos, La Misión de nuestra Señora del Pilar, magní co edi cio del siglo XVIII fundado por los Jesuitas. Otra visita que no puede faltar es el legendario Hotel California, que dio origen al álbum de la banda de rock The Eagles.
Poco antes de caer la tarde, el viento cálido me invitó a palpar una de las tantas playas en torno a Todos Santos. Y cual fue mi sorpresa, que ante pequeños senderos inclinados de terracería me encontré con una brillante y extensa luz dorada que me llevó a una playa mágica.
La fuerza de su oleaje, el vaivén de sus aguas cristalinas y el intenso azul del océano fueron la oportunidad perfecta para una reconciliación con la grandeza de nuestra erra. El hermoso paisaje ameritaba ser contemplado en silencio para observar a detalle la perfección de la naturaleza. A lo lejos pude apreciar algunos sur stas desa ando las majestuosas aguas del Pací co.
La noche llegó y retomé mi camino de regreso a La Paz. Sin importar la hora, el animado malecón de esta pací ca ciudad me dio la bienvenida entre luces, música y un pueblo orgulloso de vivir frente a uno de los acuarios más hermosos del mundo, el mar de Cortés.
Día 2: Encuentro con la Isla Espíritu Santo
Desde temprano me alisté para mi segunda aventura, rumbo al club de playa El Tecolote. A tan sólo 25 minutos de la ciudad encontré
A pesar de las ráfagas de viento, no me rendí y logré capturar cada detalle de los paisajes marí mos que me acompañaron durante mi recorrido
personal experto que me transportó a uno de los más paradisiacos des nos del mar de Cortés: la Isla Espíritu Santo, que está cubierta por rojizos relieves que sobresalen del azul turquesa del mar. De hecho fue declarada zona protegida por su biodiversidad. A pesar de las ráfagas de viento y el implacable movimiento de la lancha, no me rendí y saqué mi cámara para capturar cada uno de los rincones de aquellas formaciones rocosas y paisajes marí mos que me acompañaron durante las cinco horas de recorrido.
A lo lejos pude apreciar algunas playas, y cada una me parecía el lugar perfecto para tocar erra y vivir una experiencia holís ca para sen r la cálida y na arena sobre mi piel.Si se navega hacia el lado occidental reposa la pequeña isla La Par da, donde una inmensa colonia de lobos
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