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Santa Lucía se dis ngue por un pasado que combina la herencia francesa
con la inglesa
Ejemplo de esto es el patois, idioma único en la isla y que combina la sintaxis del francés con palabras inglesas, caribes y africanas. El resultado es una lengua que suena familiar pero resulta ininteligible, y que me acompaña mientras camino al centro de Castries, capital del país, en las conversaciones que alcanzo a escuchar.
Empiezo mi recorrido en el mercado, el lugar es pequeño pero muy interesante. Por un lado los a cionados a la gastronomía podrán deleitarse con decenas de ingredientes exó cos, entre los que destacan salsas agridulces, como la popular Banana Ketchup. Por el otro se encuentran artesanías talladas en madera que van desde picas máscaras y animales, hasta guras fálicas que sugieren un uso religioso y ceremonial.
Al salir siento la decepción de ver que ha comenzado a llover; si bien no busco tumbarme en una playa, es natural desear que el sol me acompañe durante mi estancia en el Caribe. Pero el fenómeno meteorológico me sirve para descubrir el más grande tesoro de Santa Lucía, una ac tud de alegría y gra tud ante la vida. Al ver mi desánimo, un hombre se me acerca y me pregunta el porqué de mi semblante, al quejarme del clima, él ríe y me dice que no debo preocuparme por el agua, después de todo, “no es nada más que rayos de sol líquidos”. Su atención me provoca una sonrisa y me muestra lo absurdo de permi r que algo tan natural arruine mi paseo al verlo nega vamente, en vez de eso agradezco que la lluvia refresque el clima y con la buena ac tud recuperada con núo caminando por la ciudad.
Tres cosas más son dignas de apreciarse en Castries. Su plaza principal, libre del ajetreo de otras zonas, es un jardín enrejado dedicado a
Derek Walco , un orgullo del país al ser la única persona en las An llas menores en haber recibido un Premio Nobel de Literatura. Al lado de ésta se encuentra la Catedral de la Inmaculada Concepción, la iglesia más grande del Caribe, que destaca por tener una imagen de un Cristo negro, ejemplo de cómo la religión se adapta a la cultura local. Al recorrer sus naves, éste escapa a mi vista hasta que me doy cuenta de que no se trata de una imagen cruci cada, sino de una pintura de un Jesús recién nacido en brazos de su madre.
No lejos de ahí, en la calle Brazil, me encuentro con unas casitas de madera pintadas en vivos colores, no es posible conocerlas por dentro, pero resultan de interés por ser los únicos edi cios coloniales en pie, pues sobrevivieron a un incendio que devastó la ciudad en 1948. Un dato para los ciné los es que una de esas casas fue usada para lmar la película Arrowsmith, nominada al Óscar en 1932.
El recorrido por la capital ha resultado muy interesante, pero los más grandes tesoros de Santa Lucía se encuentran fuera de Castries, y la mejor manera de conocerlos es contratar un taxi que, como se acostumbra en otras naciones, ofrecen sus servicios durante todo el día por una cuota acordada antes de abordar el auto. Además, el chofer hace de guía para mostrarte cualquier lugar en el que puedas estar interesado.
Con un área de poco más de 600 km2 es posible recorrer gran parte del país en un solo día. La geogra a de Santa Lucía hace que el viaje sea más complicado que en otros países an llanos. Las montañas de origen volcánico impiden que las carreteras crucen el centro del país, cubierto en su mayor parte por una densa selva. No queda otra opción
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