Taiwan

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Paisajes de luz y senderos de historia

taiwan1Muchos nombres y muchas etnias En el Océano Pacífico, cerca de China, existe un pequeño país con tres nombres. Su nombre de pila es Taiwán y su nombre políticamente correcto es República de China, pero algunos siguen llamándolo Formosa. Así fue como bautizaron los portugueses a esa pequeñita isla que, vista desde un mapa mundi, parece un trocito de tierra flotando cerca de la costa de Fujian. Si ampliamos la escala del mapa vemos otras islas diminutas orbitando a su alrededor. Ellas también son Taiwán, o República de China, pero no son Formosa. Ese nombre sólo designa la isla más grande, aquella a la que llegaron los portugueses, luego los holandeses, más tarde los japoneses y finalmente los chinos.

Pero antes de que todas esas nacionalidades desfilaran por los más de 30,000 kilómetros que ocupa hoy en día Taiwán, sus islas no estaban deshabitadas. En ellas vivían más de una decena de tribus con sus particulares tradiciones, culturas y lenguas. Los portugueses también las bautizaron, las llamaron “los salvajes del Este”. A los holandeses les pareció más apropiado el nombre de “negros”, pero los japoneses y chinos prefirieron llamarlas “gente de las montañas”.

taiwan2Contempla los exóticos paisajes naturales, cargados de leyendas antiquísimas

La forma de vida de estas tribus comenzó a sufrir un cambio dramático con la llegada de los primeros colonos, que reemplazaron sus creencias animistas por el cristianismo. También fueron excluidos de la historia cuando se firmó el tratado entre China y Japón -que reconocía a Taiwán como territorio japonés- sin representación aborigen, y fue a partir de entonces cuando estos pueblos comenzaron a perder una por una todas sus tradiciones.

taiwan3Cuando a la isla llegó el gobierno de la República de China huyendo de las tropas de Mao, el estilo de vida tradicional de las tribus de Taiwán ya era irrecuperable. Las nuevas generaciones abandonaron los trabajos en el campo para convertirse en mano de obra en la ciudad; comenzaron a desarrollar una mayor fluidez en el taiwanés y el mandarín que en la lengua de sus abuelos. Además, la nueva estructura política parlamentaria obvió a los jefes y líderes tribales.

Toda esta serie de sucesos hundieron la cultura de los que fueron durante mucho tiempo los únicos habitantes de Formosa y, según los antropólogos, los padres de las tribus de Oceanía, Filipinas, Malasia, Indonesia y Madagascar. Los aborígenes son hoy en día una minoría en la sociedad taiwanesa y uno de los grupos sociales más afectados por el desempleo. Sin embargo, parece que ha habido un renacimiento de su identidad. Se han reconocido catorce tribus y se ha animado a los jóvenes a recuperar los nombres y la lengua de sus antepasados. Películas como Seediq Bale han ayudado a envolver con una aureola romántica a las tribus que lucharon por mantener sus tradiciones y algunas canciones aborígenes se han popularizado entre los taiwaneses. Además, las ciudades han convertido los festivales tribales en un reclamo turístico y se han conservado y restaurado algunos pueblos para mostrar su antiguo estilo de vida a los viajeros.

taiwan4Las tribus perdidas del este
La costa este de Taiwán y las pequeñas islas que orbitan alrededor son aún reductos de esa cultura perdida. En la región de Hualien, por ejemplo, se exhiben cada noche bailes tradicionales y se muestran los trabajos en piedra tallada que caracterizan a los antiguos habitantes de esa región. Esa zona de la costa este de Formosa alberga además el parque natural de Taroko, el más impresionante del país y el antiguo hogar de los Truku, una de las tribus más emblemáticas de la isla. Hoy en día, lo único que queda de los Truku son los restos de sus poblados y un pequeño museo que exhibe su desaparecido estilo de vida.

taiwan5A pesar de ser un triste testimonio del destino de las tribus de Taiwán, Taroko es uno de los lugares más visitados. Cuando uno llega a ese lugar poblado de montañas, que nacen abruptamente desde la ladera de un pequeño río, no puede evitar quedarse boquiabierto. Los caminos que recorren ese lugar están esculpidos en la roca y desde ellos el paisaje es arrebatador. Mirando hacia abajo, se imponen un vertiginoso precipicio que nace en el río, pequeñas cascadas que se dejan oír entre la vegetación y un viejo puente colgante por el que ahora sólo cruzan los monos. Hacia arriba se ven las nubes enredadas entre las verdísimas cimas. Es un inevitable ejercicio de romanticismo imaginarse a los ágiles Truku cazando en esos bosques y moviéndose hábilmente entre los intrincados senderos de Taroko.

La historia de Taiwán es la historia de los pueblos que por ella han transitado

taiwan7En la costa este también quedan testimonios de la vida aborigen, sobre todo de la tribu Amis. Uno de los pueblos aún habitados por gente de esta tribu es Taibalang. El nombre significa “cangrejo” en lenguaje amis, y por ello la entrada del pueblo está custodiada por una atalaya de madera con una imagen de ese animal. El lugar es una extensión de campos de arroz custodiados por unas pocas casas de madera. Los pocos signos de su estirpe nativa, además de la atalaya, son los trabajos de madera que hay en la entrada de algunas casas y una pequeña iglesia en el centro del pueblo. Si el visitante va en busca de gente con tatuajes tribales y trajes vistosos, saldrá decepcionado de Taibalang.

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Encuentra el equilibrio entre la enigmática Taibalang y la moderna Taipei

Para evitar este tipo de decepciones, el viajero debe estar enterado de las fechas y temporadas en las que la antigua historia de los pueblos cobra vida. En verano, por ejemplo, Taibalang se llena de turistas taiwaneses interesados en el pasado aborigen de su país. Es entonces cuando el pueblo recrea sus ancestrales ritos entre los campos de arroz. Algunas casas se redecoran según la tradición amis y se representan bailes nativos para los visitantes. Lo mismo ocurre en Hualien. A partir de julio se representa en la ciudad uno de los festivales amis más importantes: el festival de la cosecha. Este evento atrae a todas las tribus amis de la zona, así como a turistas taiwaneses y extranjeros.

taiwan6Enigmas históricos de Taipei a Tainan
El interior del país también es un reducto de cultura aborigen. En el parque nacional de Yushan no sólo se encuentra la montaña más alta de Taiwán (mide 3997 metros) sino también varios pueblos que continúan celebrando sus tradiciones y festivales a la vista de todo aquél que sienta curiosidad. Sin embargo, en los extremos norte y sur de Formosa, esa convivencia entre paisaje natural e historia no ha logrado conservarse. Las ciudades han crecido en esos extremos y las tradiciones aborígenes se han diluido en las exigencias de la vida moderna, aunque es posible descubrir en ellos otros capítulos de la historia de Taiwán.

La capital, Taipei, es un museo al aire libre del gobierno de la República de China, que llegó a Taiwán derrotado
por el ejército maoísta. Entre jardines botánicos, centros de negocios, balnearios naturales, teatros, bares, restaurantes y universidades, se exhiben con orgullo los memoriales de Chiang Kai-shek y Sun Yat-sen. El primero fue el primer presidente del Taiwán moderno y el segundo el fundador de la República de China.

taiwan11En el extremo geográfico opuesto a Taipei se encuentra la antigua capital del país, Tainan, que a pesar de haber dejado de ser el centro financiero y político de Taiwán, conserva su atractivo histórico. Parece que las tres etapas de la historia más lejana de la isla se han fosilizado en esta ciudad del sur de Formosa. En Tainan aún es posible leer las huellas de los comerciantes ingleses, que aprovecharon el camino abierto por los portugueses y holandeses para trazar rutas comerciales entre Taiwán, China y Europa. Algunas de sus antiguas tiendas se han conservado y convertido en restaurantes o incluso en pequeños museos de historia.

Las huellas del legendario Koxinga (que derrotó y expulsó a los holandeses en 1661) también siguen visibles en la ciudad. En ella se conserva un grandioso templo custodiado por una escultura, que le recuerda como vencedor de los europeos y constructor del país. Para entonces, Tainan se había convertido en el nuevo hogar de centenares de chinos que huían de la provincia de Fujian amenazados por la dinastía Qing y liderados por un general leal a la antigua dinastía Han. En ese marco Koxinga trajo a Taiwán no sólo la lengua y cultura propia de la zona de Fujian, sino también el culto a la diosa Mazu, quien finalmente se convirtió en la protectora de Taiwán.

taiwan9Las milenarias tribus no dejarán de cautivarte con sus ritos y tradiciones

Los japoneses también llegaron a Tainan y su paso por la ciudad sigue visible en las pequeñas casitas tradicionales de madera al estilo nipón que uno puede encontrar, aunque en realidad sus huellas pueden leerse más allá de las fronteras de esa ciudad. Los japoneses fueron los responsables –desde que vencieron en la Guerra Sino-japonesa en 1895–, de reorganizar la estructura cultural y social de Taiwán, recolocando a muchos aborígenes en las ciudades costeras para trabajar en la agricultura, y diseñando el primer sistema ferroviario que conectó las principales ciudades del oeste del país. Dicho de otro modo, los japoneses fundaron las bases para que se desarrollara la actual línea de ferrocarril que rodea la isla y que hoy constituye una de las formas más habituales de recorrerla. El otro medio de transporte cuya popularidad iguala a la del tren es la bicicleta. De hecho, cada año se celebra en Taiwán un recorrido circular alrededor de la isla y muchos taiwaneses se lanzan a la carretera para descubrir su propio país a golpe de pedal.

Pero ya sea en tren o sobre dos ruedas, recorrer la isla de Formosa es un viaje en el que la combinación perfecta de paisajes naturales y cultura están asegurados. La peculiar mezcla histórica y cultural de Taiwán ha creado un país orgulloso de sus diversas tradiciones y de sus escenarios.

Desde el mar turquesa de Hualien, el reflejo del cielo en los campos de arroz y las inmensas montañas de Taroko, hasta los festivales de Pingxi, la historia de Tainan y la modernidad de Taipei. Todo tiene cabida en Taiwán.

Irene García es licenciada en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y obtuvo una maestría en Edición por la Universidad Complutense de Madrid. Le apasiona viajar y por ello decidió marcharse a Asia por tiempo indefinido. Cruzó el Sudeste Asiático en transporte público desde Indonesia hasta China, trabajó tres meses en Taiwán; caminó hasta el campo base del Annapurna, en Nepal, y vivió seis meses en India. Las experiencias (algunas surrealistas) de ese año y medio de viaje por Asia están plasmadas en su blog Crónicas de una argonauta (cronicasargonauta.com). Ahora Irene se encuentra viajando en bicicleta por el norte de España, otra vez, sin boleto de vuelta.

Guía para tu viaje


¿Cómo llegar?
A Taipei llegan vuelos desde cualquier lugar del mundo. En barco, puedes salir desde Xiamen (Fujian, China) hacia la isla de Jimen, donde es necesario tomar un avión a Taipei.

¿Cómo moverse?
El tren es una de las formas más eficientes. El bus, aunque no es tan frecuente como el tren, llega a zonas más remotas como Taroko y el centro de la isla. También existe una extensa red de carril bici que conecta todas las ciudades de la isla. Para llegar a las islas que r odean Formosa es necesario recurrir al barco.

Moneda e idioma
Nuevo dólar de Taiwán (los taiwaneses se refieren a su moneda con la palabra “kuài”). Lenguas oficiales. Mandarín (escritura tradicional), taiwanés y minnanhua (dialecto chino de Fujian)

¿Qué comer?
Es indispensable visitar los mercados nocturnos, como el de Shilin y el de la calle Hua Xi. En ellos podrás probar el famosísimo té con leche y perlitas negras, la tortilla de Ostras y los tamales taiwaneses. También hay una gran variedad de restaurantes de comida cantonesa y pekinesa, aunque los mariscos son lo más abundante y tradicional de la Isla.

¿Qué visitar?
• El Parque Nacional Yangmingshan ofrece un impresionante espectáculo geológico y paisajístico durante todo el año. Está abierto todos los días, de 9 a 18 horas.

El Parque Nacional de Taroko, además de conservar algunos monumentos de la tribu Truku, cuenta con un paisaje de desfiladeros de mármol y una admir able biodiversidad.

Montaña de la Luz de Buda. Está situada al sur de la isla y es el santuario budista más grande de Taiwán. Alberga el gigantesco templo Da Fo Chen, en el que se impone una estatua de Buda de 120 metros.

Distrito de Xinji. Es la zona más moderna de Taipei, donde encontrarás grandes almacenes e inmensos rascacielos, una vida artística de vanguardia y restaurantes que figuran en la Guía Michelin. Hay además una ingente variedad de templos, museos y pequeñas ciudades turísticas preparadas para recibir con todo su esplendor y tradición a visitantes de todo el mundo.

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