Page 73 - Viajero-Ejecutivo-18
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En la pagoda Maha Muni se encuentra una estatua dorada de Buda que, con el paso del tiempo, ha ido creciendo con hojas de oro
en la ribera este del río Ayeyarwady, el más grande del país y su co- lumna vertebral.
Distribuidas a lo largo y ancho de la planicie, se yerguen innumerables templos conocidos como stupas, formando un paisaje único e intrigan- te. ¿Cuántas stupas habrá aquí?, surge la pregunta al contemplar el es- cenario. Se estima que durante la época de oro del antiguo reino hubo 13 mil monumentos como los que pueden apreciarse ahora. Si bien hoy en día quedan solamente 2,200, resulta impresionante observarlos en medio de paisajes rurales.
Una de las mejores formas de apreciar las stupas es a bordo de un globo aerostático, pues sólo desde lo alto es posible comenzar a comprender su vastedad. Otros optan por rentar una bicicleta y recorrer de manera espontánea los distintos templos, pero en este caso es mejor llevar un mapa de las stupas principales para no perderte en la multitud de es- tructuras. Otra muy buena opción es rentar un coche tirado por caba- llos para que te lleven a recorrer los templos más sobresalientes.
La mañana se anunció con el sol brillante y avasallador, así que tenía que apresurarme a recorrer Bagan. Subí al carruaje y me dirigí a Shwezi- gon, la pagoda más importante y el centro religioso y social de la comu- nidad. Se trata de una estructura dorada, típicamente excelsa, como las más importantes del país.
Después me dirigí al templo Ananda, una verdadera maravilla. En su interior –algunas pagodas son sólidas y otras funcionan como templos que se pueden visitar– hay cuatro estatuas de Buda, cada una mide nueve metros; muestran distintos estilos y posturas. En las paredes pueden apreciarse algunos ejemplos de los tradicionales mosaicos de
terracota, los cuales tienen imágenes representando la historia de las vidas anteriores de Buda (las historias de Jataka). Desafortunadamen- te, muchos de éstos se han perdido, pero en los ejemplos que quedan es posible apreciar la belleza de las  guras y los colores originales que produjeron los artesanos de Bagan en aquel tiempo.
Entre las incontables estructuras, el templo Manuha y el Mingalazedi ofrecen versiones distintas de arquitectura que vale la pena conocer. Pero hay literalmente cientos de templos más que se pueden visitar.
Mandalay
A una distancia de 620 km hacia el norte de Yangon –la ciudad más grande y poblada del país–, se encuentra Mandalay, que fue también una de las numerosas antiguas capitales. Contrariamente a lo que se piensa, es relativamente joven, pues fue fundada en 1857 y fungió como capital tan sólo hasta 1885, cuando la corona fue entregada al general británico Prendergast durante la tercera guerra anglo-birmana.
Dentro de la ciudad, el monumento más importante es el Palacio del Rey Mindon, también conocido como la Ciudad de Oro. Hoy en día, el palacio es una base militar, pero aún está abierto a visitantes en hora- rios irregulares. Muchas de las estructuras originales fueron destruidas durante un bombardeo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, pero en los años 1990 se construyó una réplica del palacio original.
De acuerdo con la tradición, muchos palacios y templos eran construi- dos con madera de teca. Es por esta razón que tantos de ellos se han perdido, pues es un material que se deteriora con mayor facilidad. Sin embargo, en Mandalay puede apreciarse un maravilloso ejemplo de la arquitectura en teca tallada: el monasterio Shwe Nandaw Kyaung.
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