Page 77 - Viajero-Ejecutivo-18
P. 77
Ciudad de historia, mar y piedra
Hay países que no buscamos, ellos nos encuentran. Por un hecho fortuito llegué a Croacia, a la Republika Hrvatska, y ahí no dejé de asombrarme con la belleza y particularidad de la ciudad de Split, la segunda ciudad más grande de Croacia, después de Zagreb. Hoy en día es un importante centro cultural y región de gran turismo, puer- to comercial y pesquero, base naval del Adriático, corazón de Dalma- cia. Pero lo que hace inigualable a Split, es la presencia de la historia en las piedras que sostienen una ciudad-monumento, una perla de la antigüedad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La marca histórica se aprecia hasta en el nombre que los antiguos griegos le dieron: Aspálathos, que derivó en Spalatum con la llega- da de los romanos. Y fue en el año 305 que comenzó su esplendor arquitectónico, cuando el emperador Diocleciano renunció al trono imperial y se refugió en su patria dálmata, donde erigió su palacio de
30 mil m2 con tan sólo 10 mil trabajadores en 10 años. Aquí pretendía uni car el templo a su culto, su residencia, su sepultura y la memoria de su persona.
La elección para construir el palacio fue estratégica, por un lado porque estaba protegido por una serie de acantilados que dieron la forma al actual puerto, y por el otro estaba resguardado por el volcán dormido Marjan, que hoy es un parque forestal repleto de pinos.
Split surgió en el palacio de Diocleciano y a lo largo de los siglos ha cambiado en estilos arquitectónicos, grupos culturales, idiomas, creencias y costumbres. Pero el palacio se ha mantenido vivo –con el mismo mármol y con la misma piedra blanca caliza– porque se ha adaptado a funciones residenciales, urbanas y civiles. Con la llegada del cristianismo el mausoleo se convirtió en la Catedral de San Duje, santo patrono de Split, que por ironías de la historia fue martirizado en las persecuciones del emperador Diocleciano.
Viajero Ejecutivo • 75